martes, 23 de septiembre de 2014

Reseña La Doctrina del Shock (documental)



El documental “La Doctrina del Shock” realiza una reproducción audiovisual de las principales tesis elaboradas en el libro La Doctrina del Shock: el auge del Capitalismo del Desastre, por la periodista e investigadora Naomi Klein.

Considerando al libro como el material primario (y más completo) desde el cual se elabora este documental, podemos decir que éste último dista mucho de alcanzar la profundidad analítica y exposición de información que se realiza en el trabajo de Klein. Sin embargo, mediante la reproducción casi literal de los principales argumentos expuestos en el libro, a lo largo de sus 80 minutos, este material posibilita una primera aproximación al material trabajado por la periodista canadiense.

Inicia describiendo las dos fuentes que Naomi Klein considera como fundamentales a la hora de acercarse a un entendimiento sobre aquello que denomina capitalismo del desastre. Por un lado se presentan las elaboraciones en materia de psicología conductista realizadas en el Allan Memorial Institute de la Universidad McGill (Montreal, Canadá) por el profesor Donald Ewen Cameron, mediante investigaciones patrocinadas por la CIA, conocimientos que luego cristalizarían en los manuales trabajados desde la Escuela de las Américas (como el Kubark Counterintelligence Manual de 1963, al que es posible acceder presionando aquí). Por otro lado, se expone el trabajo ideológico realizado al alero de la facultad de economía de la Escuela de Chicago, fundamentalmente en el trabajo del ganador del premio Nobel de Economía (1976) Milton Friedman.

Articulando las tesis del shock psicológico basado en el aislamiento y sobre estímulo sensorial propuestas por Ewen Cameron, y la tesis del shock treatment económico propuesta por Milton Friedman, el documental recorre diferentes experiencias históricas donde tales tácticas políticas se han aplicado de manera confluyente, con el doble objetivo de (1) instalar el complejo del capitalismo del desastre, y (2) anular las resistencias políticas que podrían levantarse contra tal proyecto de sociedad.

Básicamente se trataría de anular la posibilidad de resistencia política ejerciendo diversos mecanismos de shock en dos dimensiones, que mi juicio no deben separarse dentro del análisis:

A nivel individual podemos hacer referencia a las dinámicas de persecución política y tortura, donde se ejercen técnicas de privación sensorial (encierro prolongado, utilización de vendas, aislamiento acústico mediante capuchas), sobre estímulo sensorial (sesiones de tortura caracterizadas por fuertes golpizas, aplicación de electroshocks, ahogamiento en agua y en seco y otras formas de infligir sufrimiento corporal, reproducción continuada de sonidos ininterrumpidos, sobre exposición a la luz, aplicación de estupefacientes etc.) y fuertes humillaciones (vejaciones sexuales, trato denigrante caracterizado por el control de todas las actividades del individuo - horarios de comida, ritmos de sueño y evacuación de desechos biológicos –, humillación psíquica y moral, etc.) que contribuyen a anular la voluntad, y por tanto, la capacidad y posibilidad de resistencia de los individuos y colectividades sociales.

A nivel global se presentan las políticas económicas de corte neoliberal caracterizadas por la privatización, liberalización y desregulación de las economías nacionales, abriéndolas al capitalismo globalizado, subastando de manera ridícula los enclaves económicos estatales, y provocando un verdadero caos en la vida cotidiana de las personas, que bruscamente se ven enfrentadas a un escenario incierto, caracterizado por el desajuste entre las expectativas generales de la población en términos económicos y una nueva realidad social que impone una adaptación poblada de inquietudes cotidianas  e inmediatas (marcadas por el desempleo, el hambre, la tortura, la supervivencia en tiempos de catástrofe, la persecución, el exilio etc.) que minan las posibilidades de una mirada global sobre los procesos sociales que permita articular la posibilidad de una resistencia: uno de los puntos fuertes que se resaltan en el documental, entonces, es la manera profundamente violenta y autoritaria en que se han implementado tales reformas económicas.

Más allá del discurso neoliberal – que pone el énfasis en una serie de valores tales como la libertad de los individuos, el crecimiento económico y la globalización de la economía – a lo largo del documental podemos observar que desde Chile (1973), hasta Nueva Órleans (2005), pasando por Argentina (1976), Estados Unidos (década de 1980), Inglaterra (década de 1980) Polonia (década de 1990), Rusia (década de 1990), Sri Lanka (2005) e Irak (luego de la invasión de 2003)[1], las reformas neoliberales se han efectuado en contextos de crisis o conmoción individual/colectiva, trátese de violentos golpes militares que posibilitan la aplicación de estas medidas, de la declaración de estados de excepción que anulan las libertades civiles y políticas avalando la represión y el uso de la fuerza, de invasiones militares, de negociaciones políticas a puertas cerradas, o el aprovechamiento de catástrofes naturales. Cada una de estas situaciones abre las puertas para la articulación de las dos dimensiones del shock que ya hemos descrito y la imposición de reformas políticas y económicas que sólo benefician a la élite asociada al control de los conglomerados empresariales que basan su pervivencia en esta serie de dantescas situaciones.

Ante un escenario cuasi apocalíptico marcado por una radical expansión del complejo del capitalismo del desastre - del que no pareciera haber salida - se propone la reconstrucción de la historia, de la “narrativa” social y colectiva, como una fuente de resistencia basada en la historización de los procesos sociales – de cómo las cosas han llegado a ser lo que son - que podría ayudar a la prevención de la posibilidad de sucumbir ante la imposición de nuevos estados de shock.

Estar informados nos permitiría resistir ante la posibilidad de un shock, ya que el fundamento de estos es – precisamente - el aislamiento, la desorientación y la incomunicación social, que adquieren una expresión real en las sesiones de tortura,  las crisis inflacionarias, el exilio, el aumento del desempleo, los estados de catástrofe natural y la persecución política.

A continuación, el documental completo:



Título original: The shock doctrine.
Dirección: Michael Winterbottom y Mat Whitecross.
País: Reino Unido.
Año: 2009.
Duración: 80 min.
Género: Documental.
Guion: Naomi Klein; basado en su libro “The shock doctrine: The rise of disaster capitalism”. Producción: Andrew Eaton, Alex Cooke y Avi Lewis.
Fotografía: Ronald Plante y Rich Ball.
Montaje: Paul Monaghan.
Distribuidora: Isaan Entertainment y Karma Films.




[1] En el material audiovisual no se revisan algunos importantes casos históricos  - como el de Sudáfrica (en la década de 1990), Israel (ya en los años 2000)  - que permiten una clara comprensión del modo en que las élites del capitalismo del desastre se han orientado tanto táctica como estratégicamente. Asimismo, se omite la mayor parte de la información acumulada en el libro original; esto impide alcanzar una visión clara sobre la especificidad de los diferentes mecanismos y actores involucrados en cada una de estas empresas político-económicas. Sin embargo, la generalidad del documental se pone al servicio de una introducción al trabajo de Klein, lo que sin lugar a dudas resulta de utilidad.

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